Concretamente en el caso de la adicción a sustancias, "tiene que ver fundamentalmente con los mecanismos cerebrales de recompensa, dónde el sistema límbico y neurotransmisores como la dopamina juegan un papel importante", resume el vocal de la SEN. Por otra parte, un cerebro adicto no es un cerebro normal.
Todas las drogas de abuso, directa o indirectamente, atacan el sistema de gratificación del cerebro inundando el circuito con dopamina. La dopamina es un neurotransmisor que se encuentra en regiones del cerebro que regulan el movimiento, las emociones, la cognición, la motivación y los sentimientos de placer.
Hay unas vías nerviosas específicas, la dopaminérgicas, que se sabe que están muy implicadas en situaciones de placer. Cuando se disparan esas neuronas y liberan dopamina al espacio sináptico hay otras proteínas que recapturan la dopamina y la devuelven a las células.
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